miércoles, 1 de febrero de 2017

"Nosotras"

   Brasas que terminan de sonrojarse. Chispas que dibujan universos instantáneos. Carne desparramada sobre la parrilla esperando el dorado perfecto. Vaso de vino en mano para "entonarse" aprovechando que esta noche no están Ellos porque se trata de una reunión de chicas, no demasiado, pero chicas al fin por los diálogos que sabemos hilvanar.
   -¡Qué bien te queda ese vestido!- Es un elogio hacia mi persona de mi prima Sylvia. En el acto su hermana, Mirna, acota con sorna:
   -¿Ves lo que es no tener hijos? Mirá esa silueta...
   -Yo no quise esta humanidad para mis hijos. Atino a decir.
   -Una mujer nace para ser madre- Retruca Mirna
   -Mirá vos... Contesto atizando el fuego.
   -¡Qué geniales son quienes   no quieren saber nada de tener hijos- Escucho decir a Susana que sigue diciendo con convicción:
   -Hijos chicos problemas chicos; hijos grandes son  problemas grandes.
   -¿Qué te pasa, Su?- Interviene Paula
   -Pasa que estoy harta de falsedades porque cuando estás grande  los hijos te visitan los domingos mientras puedas prepararles algo rico. Después, apenas si te llaman por teléfono. 
   -Y te cambian el programa que estás mirando por televisión si a los señores no les agrada. Cero respeto- Se animó Celina
   No todos los hijos hacen algo así- Me animo a interceder. A ver ¿Por qué brindamos?
   -¡Por el amor!- Se le ocurre a Lucy
   -Qué amor, querida, ¿Cuánto hace que estás sola?
   -La muerta se ríe de la degollada. Para tu familia no existes; NO EXISTES.
   -Bueno... eso es normal en matrimonios de muchos años... Trato de explicar.
   -¿Normal? interrumpe Nora- Con Esteban fimos tan compañeros, tan unidos, en veinticinco años de casados. Todos nos miraban con asombro...
   Por no saber de las docenas de platos que se tiraron por la cabeza ni de los cuernos que lucieron encantados- ¡Ay, esta Lupita!
    Buen, otra vez yo, ¿qué les parece si hacemos el honor a este pastel de choclo que nos ha preparado Nora?
    Las nubes parecen disiparse, hablamos tonterías y no tanto, hasta que tengo la mala idea de exclamar:
   -¡Qué rico está esto!
   -Un poquito salado para mí- Susurra Evelyn que habla poco hasta que comienza a disparar con munición gruesa.
    Estela se la ve venir y aclara: espero que les guste el escabeche de berenjenas que hice esta mañana...
   Silencio de radio. Cambio de tema para continuar con esfuerzos desmedidos para que la reunión no termine en una batalla campal y llegamos a la madrugada hablando mal de aquellas  que no podían defenderse al no haber sido invitadas por falta de espacio pero, la verdad, a la próxima reunión invitaré también a Ellos para que hablen de fierros, de fútbol y de política  hasta el amanecer así nosotras permanecemos, calladitas... como buenas hermanas, sin ofendernos por zonceras.


P/D
A la mayoría de las mujeres nos han educado envidiosas, resentidas y devaluadas. Qué arduo trabajo es imponer entre nosotras nuestra independencia, talento  y personalidad pero ¡Chicas! nosotras somos nada menos que las guardianas de la vida y como hermanas nos debemos mejor trato porque, si no me equivoco, estamos todas en serio peligro de que nos asesinen en cualquier momento, en cualquier lugar del mundo ¡sólo por ser mujeres!.
   
  

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