miércoles, 5 de octubre de 2016

"Cleptocracia"





   En Argentina el voto es relativamente obligatorio pero, de cualquier manera, en este país nos interesa participar en la elección de nuestros gobernantes. Hasta aquí llevamos cuarenta y tres años de elecciones consecutivas o, lo que es igual, ya hemos elegido a muchos gobiernos que mucho nos han defraudado a tal punto que la semana pasada se reconoció oficialmente que dos de cada tres argentinos somos pobres y uno de cada dos niños crece en la pobreza si no en la miseria  ahora hoy llamada "marginalidad".
   Ahora llega la pregunta interesante: ¿qué significa ser pobre? Entre nosotros un jubilado es tan pobre como la mayoría de las personas que se encuentran en actividad porque los salarios argentinos son miserables. Ser pobre es no tener vivienda digna, es carecer de agua potable, luz, gas y cloacas pero, además, es NO TENER FUTURO porque por mucha ayuda social que recibas, sin educación masiva acorde a las exigencias del futuro, no tienes posibilidad de acceder a la movilidad social y eternamente serás tan sólo UN VOTO asegurado para el sinvergüenza de turno capaz de dar subsidios, y documento argentino, a gente de países limítrofes para acarrearlos como ganado para contar con los números necesarios para su re elección.
   El tema de la educación es tan importante que no por nada los libros y los instrumentos musicales son artículos suntuosos, la escolaridad completa es inaccesible para millones de argentinos, la formación tecnológica es mediocre y escasa, la capacitación científica y cultural tiene muy mala prensa, la excelencia brilla por su ausencia... Desolador ¿cierto? pero a no desesperar: gran parte de los argentinos ¡resiste! y está aprendiendo a elegir a sus administradores y cada día es más corajuda: denuncia, atestigua, no se deja engañar y participa. Nos mintieron tanto que las mujeres estamos demostrando que, si no nos dejamos matar y no nos da poder un marido sino nuestra propia gestión, somos fuertes, capaces y decentes, y los hombres deberían responder por qué razón fatal durante siglos no se ha resuelto el tema de la distribución de la riqueza en este mundo y cada día está más concentrada en menos gente. Desde luego,  ni ellas ni ellos  por separado podrán reparar tamaña injusticia pero habrá que apostar a la excelencia. Cuando un país como Argentina, privilegiado y sub poblado, resulta ser una gran fábrica de pobres quiere decir que sus pobladores han caído en  trampas culturales mortales como lo es suponer que no está mal si los gobernantes "roban pero hacen". ¡Mentiras! si roban NO HACEN más que usar el poder en su propio beneficio y entonces queda claro que el ejercicio de la política partidaria puede ser el mejor negocio cuando los votantes no son ciudadanos con mayúsculas. Ser CIUDADANO es estar alerta incluso en las charlas cotidianas. En cierta oportunidad, alguien me dijo algo que suelo repetir en broma:
   -"El que presta un libro es un tonto y el que lo devuelve es más tonto aún".
   NO SEÑOR. El que presta un libro es una persona generosa y quien no lo devuelve es un gran desagradecido y, como si fuera poco, es egoísta porque el prestador de libros dejará de serlo.
   No hay trampa más efectiva que el eufemismo porque el cinismo es puro veneno y en vez de decir de alguien que es un "fuera de la ley" digamos, mejor, que es un delincuente y no repitamos que matar es un error: es un crimen y terminemos con el amparo a la infidelidad porque no es poca cosa: es una traición. Que todos podemos ser traidores y traicionados es otro tema. Lo concreto es que hablando honestamente no seremos tan buenos abogados pero seremos mejores ciudadanos y, volviendo a tantos que llegamos a fin de mes con la billetera vacía y la tarjeta arrasada, voy a unirme a una excelentísima persona como lo es el médico, músico, periodista y escritor, Nelson Castro para decir con Él:
    -"Votar ladrones no es gratis y si no dejamos de votar delincuentes: terminar con la pobreza seguirá siendo una quimera".
Uno de cada dos son pobres
(¡Qué vergüenza!)