viernes, 29 de abril de 2016

"El Gran Soñador"

Para el gran soñador todos los obstáculos son insignificantes porque el objetivo es lo único que tiene entidad.
     
Pocas veces una gran producción literaria define como grande a un escritor. ¿Cuántos obras llevan la firma de don Miguel de Cervantes Saavedra?  Tarea para el hogar y, mientras tanto, "El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha" sigue siendo monumento literario de habla hispana porque bastó esa obra para mostrar que "el manco de Lepanto" no era cualquier escritor. A cuatro siglos de su muerte, el Quijote y Sancho Panza siguen estando entre nosotros porque antes de estar en la mira de quien los hizo inmortales ya hacían de las suyas en la vida de un tal Miguel de Cervantes Saavedra que tuvo la idea genial de observarlos detenidamente del derecho, y del revés, con su mirada de escritor. Al cabo de aquel acto de honestidad brutal, Cervantes no los negó ni los expulsó de su perfil personal: eligió darlos a luz y ponerlos de patitas en este mundo.
   Hoy, ser quijote es ser un idealista ingenuo o seguidor de imposibles y pareciera que Sancho es impresentable sin embargo, en el momento menos pensado cualquiera de nosotros puede ser uno de ellos -si no los dos- puesto que son arquetipos de nuestra especie que tienen vecinos muy próximos como es el caso del gran soñador que no es un conspirador, ni abanderado de nada y mucho menos mensajero de nadie... razones por las cuales no suele estar en las multitudes. Posiblemente lo encontremos en el laboratorio, en su taller o por los rincones de este mundo trabajando por sueños propios o ajenos.
   Es bueno soñar por soñar pero es mucho mejor "hacer castillos en el aire para buscarles un lugar en la realidad" así los sueños más preciosos se convierten en bienestar y confort para la humanidad. Mucho antes de que la ciencia y la tecnología se pongan en movimiento muchos han soñado todo lo que hoy podemos disfrutar. Como somos bastante desagradecidos con  soñadores, idealistas y afines colgándoles uno que otro estigma, con la única intención de desacreditarlos, por lo general jugamos a que son invisibles para nuestra vanidad pero el hecho es que sin ellos nuestra estadía planetaria sería una lágrima porque faltaría lugar para la esperanza  que será la hermana pobre de la fe pero, por eso mismo, mucho más accesible.

   Siempre hará falta la figura del Gran Soñador que apuesta  a la imaginación para modificar realidades. El trabajo que dan los sueños no está en ningún discurso: está en la actitud de quien puede ver más alto y lejos que la mayoría sin sentirse avergonzado. Es una bizarra actitud de desafío razonable porque una vez aparecida la luz interior hay que pensar en disponer de suficiente combustible para mantenerla y, además,  es urgente colocarla inmediatamente en foco al tiempo de alinearnos con nuestro eje así podremos afrontarlo todo sin desfallecer. Para los grandes soñadores los obstáculos son insignificantes porque el objetivo es lo único que tiene entidad y soñar despierto, o dormido, es lo de menos. Muchísimos artistas escribieron en sueños sus mejores canciones y más de un científico ha recibido respuestas a difíciles interrogantes cuando el ser interno tuvo ocasión de hablarles en onda alfa. Ese gran guía personal está siempre susurrándonos pero pocas veces le prestamos debida atención y es por sordos empecinados que nos parece loco aquel que se escucha internamente y es capaz de llegar a sus metas que para otros pueden ser inalcanzables. A todo esto, una vez más, yo apuesto por quienes pagan callados lo que valen sus sueños ¿y usted?.