viernes, 25 de marzo de 2016

"Intento Extraterrestre"


A mis hermanos mayores... los poetas
   Durante varios minutos el señor x se apuntaló  en su furia, calculó mal mi fuerza y su distancia por hacerlo de manera rudimentaria, puso su mejor cara de académico y me apuntó al corazón con munición gruesa.Yo no mostré señales del impacto. Como lo esperaba desde hacía mucho tiempo fue fácil mantener mi serenidad. Ilesa, confiada, a mi atacante lo puse fuera de combate en el primer round:
   -Usted vive en el mundo de las reflexiones. Yo prefiero el de las percepciones y así está perfecto. Usted tiene la programación apropiada para cumplir su misión y yo la que necesito para cumplir con la mía. Ninguno de los dos está fuera de lugar ni está en falta. Sólo somos dos células que funcionan a favor de determinados objetivos que, mire usted, son los que justifican nuestra existencia en este preciso instante.
   -Con esta mujer no se puede hablar- dijo a toda voz, se puso en marcha y salió para siempre de mi vista y de mi vida.
   Existen muchos personajes descollantes del mundo intelectual que se creen autorizados para descalificar a los nativos del universo de las emociones como es el caso de los poetas que nuestra sociedad se empeña en sacar de circulación cuando insiste en el intento de amedrentarlos con la amenaza del hambre y la desolación.
   Un día escuché decir que el publicitario es el pariente rico del periodista y hoy se me ocurre pensar que los poetas son los hermanos mayores del escritor porque no sólo saben escribir: ellos saben decir porque, además de contar con las alas del pensamiento, pueden acceder a  las percepciones más exquisitas. El escritor necesita información, buen manejo del idioma en el que trabaja, imaginación, singular personalidad, experiencia de vida, mirada clara... todas herramientas de las que también se sirve el autor de la poesía pero el poeta tiene un plus: la emoción desnuda, recién nacida en aguas muy profundas. Yo adoro a los poetas porque "saben nombrar aún aquello que Dios no ha tenido ninguna vergüenza de crear". Representantes geniales de un mundo fascinante, como lo es el de las percepciones, cuántas veces los poetas no alcanzan a expresar lo que sienten, como desearían hacerlo, por la desmesura de un registro que excede a la palabra.
   En esta época, en la que de un electrodoméstico que ya no funciona se dice que "se murió", como si objetos y personas fuesen lo mismo, hacer poesía es todo un intento extraterrestre pero, a no desmayar, porque siempre lo ha sido y a los sacerdotes del culto a la emoción nunca les interesó abandonar sus propios mundos aún al precio de morir de dolor, de hambre o de frío, entre estatuas que caminan... ¡como si fuesen humanas!.
   El 21 de marzo en el mundo no se festejó demasiado a la poesía. Varios días después yo sigo celebrando a los poetas (a todas ellas, a todos ellos) y, como los quiero populares, que vuelva Luis Aguilé para cantar: "Viva la noche/Viva el derroche/ Viva la copa de Champan/ Vivan los versos/De los poetas/ Que nunca más  se olvidarán".